Malthus y Godwin: La discusión sobre el poblacionismo en el medio libertario

por Grupo Gómez Rojas

[El siguiente artículo se publicó en el Periódico de la CNT, n° 370, Agosto-Septiembre, 2010. Su autor es José Ardillo]

La obra «Ensayo sobre el principio de población» de Thomas R. Malthus, publicada por primera vez en 1798, se ha convertido en una obra clásica de la literatura económica y sociológica de todos los tiempos. En su momento, la obra de Malthus fue un revulsivo contra los primeros pensadores del pensamiento socialista y libertario, como Godwin. Intentaremosmostrar brevemente los principales rasgos de esta discusión.

 

Campesinos.

 

 

El legado intelectual de Malthus sobrepasó hace ya mucho tiempo el contenido concreto de sus propuestas y ha pasado a formar parte del vago imaginario colectivo de la modernidad, igual que el darwinismo o el marxismo. Se entiende que Malthus fue el primero en señalar, de manera sistemática, el peligro creciente de un desequilibrio entre población y recursos en la evolución de las sociedades. Para Malthusel crecimiento tiende, de forma natural, a sobrepasar constantemente la capacidad productiva de la sociedad. Por tanto, el principal obstáculo al crecimiento de la poblaciónes la cantidad limitada de recursos. Ahora bien, la población se mantiene a duras penas dentro de los límites de los recursos en virtud de los malos hábitos sexuales que reinan en la sociedad –el libertinaje- y de la miseria presente entre las clases trabajadores. Estos frenos destructivos aumentan la mortalidad y constituyenun obstáculo al crecimiento de la población. Malthus contemplaba estos obstáculos como factores “naturales”. Después, de mala gana, aceptaría también el freno moral –la abstinencia, el autocontrol- comoposible obstáculo al crecimiento.

La obra de Malthus estaba dirigida, en un principio, contra los reformistas y utopistas como William Godwin, que proyectaban una sociedad como sistema de igualdad y que creían en la posibilidad de abolición de la miseria social. Malthus creía que la miseria era un hecho connatural a la evolución social y que tratar de mejorar la suerte de los pobres mediante sistemas más igualitarios podía suponer un aumento desproporcionado de la natalidad y, como consecuencia, un aumento de la miseria. En Malthus la desigualdad es, a la vez, una de las condiciones naturales para regular la población y un estímulo para el progreso, sin el cual secrearía una nación de parásitos. Se ha criticado en Malthus su excesiva “naturalización”de la fecundidad humana, su empirismo rudimentario a la hora de analizar el crecimiento de la población, asícomo su indiferencia ante la posibilidad del crecimiento en la producción de recursos. En cualquier caso, después de siglos de controversias, Malthus ha pasado a ser el primer profeta reconocible de la “era de la escasez”, incluso si su profecía podía tomarla forma de una defensa cínica de la clase dominante de su época. De hecho, no resulta casual que el libro deMalthus estuviera dirigido en gran parte contra la obra de William Godwin, Investigación acerca de la justicia política, la obra considerada como precursora del socialismo libertario. Como se sabe, Godwin predicó un sistema social con el máximo de libertades, el mínimo de aparato gubernamental y un régimen equitativo de la propiedad. Ahora bien, si Godwin tenía razón cuando buscaba la causa del mal social en la naturaleza de la instituciones políticas, ¿qué podía responder ante la cuestión de la tensión existente entre población y medios de subsistencia que la obra de Malthus dejaba aparecer? En 1820, Godwin publicó su respuesta a Malthus, el libro Of population. Tal vez podamos considerar esta extensa obra como el primer intento de diálogo entre una utopía social y sus posibilidades de realización dados ciertos factores que hoy llamaríamos “ecológicos”. Un diálogo parcial, sin duda, ya que las objeciones malthusianas mostraban más un prejuicio político que una verdadera inquietud ecológica, y siendo ante todo la respuesta de Godwin un desmontaje de este odioso prejuicio. Dicho esto, hay que reconocer que la contestación de Godwin no llega a superar el marco abstracto de una sociedad política ideal, una sociedad que podría habitar en un mundo cultivado en su totalidad “como un jardín” y donde los límites de los recursos quedarían en un horizonte muy lejano. (Seguir leyendo)